El rector de la Unnoba, Guillermo Tamarit, habló en el programa Reporte Especial, en TeleJunín, y dio su punto de vista sobre los anticipos hechos por el presidente Javier Milei en Educación y opinó sobre las políticas que reivindica el flamante primer mandatario. “Va a tener que consensuar y va a ser más pragmático de lo que se mostró como candidato”, aseguró.
-¿Qué expectativas hay en la Universidad frente al nuevo gobierno?
-Ya tenemos algunas noticias: tenemos el secretario de Educación, con quien ha habido charlas informales y ha despejado los temores más profundos respecto a vouchers o cuestiones que realmente eran muy complejas. No hemos despejado todavía la incógnita a nivel de la Secretaría de Políticas Universitarias: si pasará a ser una dirección, una subsecretaría, pero –por supuesto- hay que dejar andar al gobierno, que tome sus iniciativas y, a partir de eso, cada uno también podrá decidir cómo continuar. También teníamos algunas dudas respecto al pago de salarios, aguinaldo y todo eso está despejado.
-¿Qué significa que Educación deje de ser ministerio para ser secretaría?
-De por sí ya aparece claramente en un segundo plano. El secretario tendrá que hablar con -en este caso- una ministra, que además va a competir por los recursos no ya con los otros ministerios, sino dentro de su propio ministerio. Es una muy mala noticia.
-¿Y puede repercutir esto en la Unnoba, por ejemplo, en el tema de las obras?
-Nosotros siempre tomamos esas precauciones y las tres obras más grandes que tenemos están en su etapa de finalización. Pero estamos en proceso de licitar la segunda parte de la ex Argenlac y allí sí vamos a esperar un par de meses. Si bien se hace con recursos de la Corporación Andina de Fomento (CAF), es el Estado Nacional el que los administra y sería muy mala señal licitar una obra que luego no se pueda poner en marcha.
-La Unnoba está cada vez más arraigada en la región.
-Estamos consolidados en Junín, Pergamino, Rojas, Villegas y Viamonte, que son nuestras subsedes, y en Florentino Ameghino estamos construyendo nuestra cuarta sede fuera de las sedes principales. La inscripción -entre Junín y Pergamino- es de entre 2500 y 3000 ingresantes, más lo que suman estas cuatro sedes, que también tienen una actividad importante. Pasamos a ser la primera opción universitaria para toda la región, y el tema es no perder impulso. Presentamos hace poco nuestro plan estratégico, que naturalmente se puede desarrollar en determinado contexto. Pero -por supuesto- avizoramos un ajuste para todos, y en la medida en que sea parejo, la Universidad va a sufrir las mismas consecuencias que el conjunto de la sociedad. Lo que no puede ser es que impacte particularmente en las universidades. Eso merecerá algún nivel de respuesta por parte del sistema de educación superior.
-Este afianzamiento de la Unnoba como primera opción en la región, ¿puede derivar en la apertura de nuevas carreras?
-Hay periodos de expansión y otros donde uno debe garantizar el funcionamiento que tiene. Claramente ahora estamos en esta última situación, pero más allá de quién ha ganado las elecciones, ya estábamos en un período en el cual era difícil proponerse la expansión del sistema.
-¿Lo ve a Milei como un presidente que va a construir consensos para que el país salga adelante?
-Sí, creo que todos los presidentes hacen lo que pueden. Si no, viviríamos en un país maravilloso, porque no creo que nadie aspire a estar en esta situación. Y así como ha planteado sus propuestas -en muchos casos, disruptivas y desafiantes- también hay un mensaje de la ciudadanía respecto a la fragmentación con la que se encuentra en el Congreso, que es de donde salen las políticas públicas. Así que va a tener que hacer ese esfuerzo para consensuar y ver cuál puede ser el grado de avance de sus propuestas. Va a ser más pragmático que aquello que postuló mientras era candidato.
-Una encuesta de Democracia advierte que casi el 50% teme perder su empleo con este cambio en el rumbo económico.
-No puedo predecir lo que viene, pero sí tenemos testimonio de que hemos llegado hasta acá con un 45% de pobres, con salarios que, en muchos casos, nos dejan en el umbral de la pobreza, con una situación macroeconómica muy disvaliosa. Entonces la gente ha tomado esta decisión de cambiar, de marcar un punto de quiebre. Yo espero que el presidente Milei pueda corregir al menos las variables más importantes y darle a la gente que tiene angustia por su trabajo y su salario una perspectiva de saber a qué nivel de esfuerzo es que uno encuentra cierta recompensa, que es lo que hemos perdido. Esto hay que hacerlo con la gente adentro. Es decir: que no sigan pagando el costo de toda esta larga crisis los que ya están en el límite de sus posibilidades.
-Los países más desarrollados tienen altos números de graduados universitarios.
-Sí, porque hay un círculo virtuoso. Al tener recursos más capacitados estos impulsan un conjunto de mejoras al sistema -no solo al económico sino también al sistema social, al político- que hacen un círculo virtuoso, entonces requerís más formación, podés desarrollar más tecnología, un conjunto de elementos en los que la Argentina tiene mucho para recorrer.
-La presencia de la Universidad revalorizó muchas zonas en las ciudades de la región.
-Sí, naturalmente. La presencia de la universidad genera actividad y puntualmente muchas actividades jóvenes, que son los más dinámicos dentro de la sociedad. Hace poco dije a una radio de Mar del Plata que lentamente Junín va a transformarse en una ciudad universitaria. Así como en un momento tuvo oferta universitaria que era externa, hoy es una ciudad con universidad y un día será una ciudad universitaria donde la gente naturalizará que tiene algo para hacer con su universidad.
-Una universidad que se puso en tela de juicio con Milei, algo que no pasaba hace muchos años.
-Sí, pero creo que localmente las universidades somos muy relevantes y defendidas por la sociedad. O sea: hay un nivel de discurso así genérico respecto a impugnar a las universidades sin demasiados detalles. Pero cuando uno dice “está bien, pero la Universidad Nacional del Litoral”, “no, no, la UNNE es una excelente universidad”; “¿Y la de La Plata?” “No, también”. Y si uno pregunta en Junín por la Unnoba, yo creo que el 90% de la gente la defiende.