De acuerdo a la Ley de Alquileres vigente, que rige el mercado inmobiliario, el plazo mínimo para los contratos de alquiler de viviendas es de tres años y el precio del alquiler se fija como valor único, con ajustes anuales que se efectúan en base al Índice de Contratos de Locación del Banco Central (ICL).
De este modo, los alquileres que están bajo la órbita de la Ley 27.551 están próximos a la suba de tres dígitos. Por ejemplo, una persona que pagó $50.000 en los últimos 12 meses (período de enero de 2022 a diciembre de 2023), comenzaría a pagar $90.500 desde enero 2023.
En este contexto, se puede consultar el ICL para calcular de forma mensual el precio del alquiler que publica todos los días el Banco Central y que contempla la variación de la inflación y los salarios.
Un juego de suma cero
La realidad es que la ley no conforma a nadie, según aseguraron martilleros locales consultados por Democracia. En este sentido, Claudio Roggero, dueño de la inmobiliaria homónima, señaló que “el propietario durante el año cobra muy poco, la inflación es casi del doble y al inquilino le implica un salto muy abrupto de golpe, entonces todo produce malestar. Y no es equitativo”.
Por su parte, Hernán Pietrobón, de Pietrobón Servicios Inmobiliarios, planteó que el índice de aumento interanual “responde a una realidad que, ojalá, pueda cambiarse pronto o, al menos, hasta que se modifique o se derogue la ley que no satisface a nadie”.
Menos que la inflación
Si bien el aumento del índice de alquileres fue parecido a la realidad, no lo es. “El índice anual que salió este mes es del 85% y tuvimos una inflación cerca del 100, o sea que el índice estuvo por debajo de la inflación”, afirmó Roggero.
“A pesar de que un 85% parece mucho, no es tanto, porque el próximo año vamos a pagar lo mismo, la inflación va a seguir aumentando y un 85% va a pasar a ser nada”, explicó Daniel Di Palma, presidente del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de Junín.
La suba de alquileres y este porcentaje era el que se esperaba, ya que “siempre fue subiendo desde que se implementó y va a seguir subiendo mientras siga la inflación, cada día es peor para ambas partes”, manifestó Juan Manuel Bonanni, dueño de Bonanni propiedades. Y agregó: “Es un problema que va a seguir sin resolverse hasta que la economía se estabilice”.
Hay que tener en cuenta que el mercado inmobiliario es el único rubro que mantiene los precios congelados por una ley. Esto provoca “desinversión, menos casas en alquiler y menos oferta y demanda”, advirtió Di Palma, para quien es desalentador, ya que “perjudica a todos”.
Reformar la ley, clave
Sin embargo, en el reclamo de reforma de la ley por parte de los martilleros de la provincia de Buenos Aires, “este año fuimos escuchados y se incorporó al blanqueamiento reglamentario la compra de viviendas usadas con destino de locación para poder descomprimir el sector”, manifestó Di Palma.
Esta medida, publicada en el boletín oficial el 13 de enero, genera expectativas en el mercado inmobiliario, que podría verse beneficiado y mejorar la cantidad de operaciones.
En ese mismo reclamo por la reforma de la ley lo que suelen proponer los agentes inmobiliarios es pactar el incremento del alquiler entre ambas partes para que el “salto no sea tan grande”.