"Laiza llegó a nosotros cuando estaban deforestando el Chaco, hace 24 años. Mi marido es transportista y la ve al lado de su madre muerta tras la caída de un árbol, y se la trae en una cajita. Cuestión que cuando vinimos a Junín, le empezamos a dar de comer. Era muy chiquita. Le dábamos leche con pan, y acá está: sobrevivió", recordó María José.
En efecto, la especie de Laiza está en "riesgo de extinción" bajo la categoría Vulnerable según la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). En estado salvaje viviría en mandadas de hasta 15 individuos en toda la región central de América del Sur, en las ramas de quebrachos, algarrobos y chañares de un bosque chaqueño que -como dijo María José- hace años es víctima de la deforestación para ampliar la zona agrícola.
“Es un animal que no tiene maldad. No muerde, es muy buena. Es por demás de buena, es un ángel”, remarca María José quien contó durante la entrevista que Laiza tiene sus propias redes sociales. En Instagram, en la dirección @lamonalaiza, se puede ver cómo juega con sus “hermanos perrunos”, cómo va de viaje con sus papás adoptivos en una camioneta y se puede ver el emotivo momento en que la restituyen.