DESDE HACE 10 AÑOS REVALORIZAN LOS LUGARES DE “COMIDA CASERA”

Antigourmet: la movida de cuatro juninenses que cambió el modo de comer

Hartos de los restaurantes con cartas pomposas y platos sin alma, empezaron desde su exilio porteño a recorrer bodegones donde llenar el estómago y el espíritu. Matías Pierrad contó a TeleJunín cómo hoy forman una comunidad de más de 50.000 “antis” y 400 lugares buenos “pa’ morfar bien”.

11:42

Empezaron a juntarse hace 10 años en Buenos Aires unidos por su pasión por el básquet y por un origen en común: Junín. Y para celebrar esos dos amores como se debe -sentados a una buena mesa- sin saberlo empezaron a darle origen a un movimiento gastronómico que alcanzó dimensiones impensadas: el Antigourmet, una actitud que hizo del “salir a comer” una cuestión verdaderamente relajada, despojada de exageraciones, poses y lenguajes pretendidamente sofisticados para revalorizar la maravillosa –y satisfactoria- virtud de la comida preparada con simpleza, amor y sabores contundentes en las trajinadas hornallas de los bodegones de barrio.

“No nos sentíamos representados por la movida gastronómica que había en Capital: toda esa moda gourmet con sus maridajes, fusión, comida molecular, y toda esa joda que había en ese momento de platos carísimos que no se entendían qué eran; con poquita porción y con la necesidad de tener un traductor al lado que te dijera qué era”, recordó Matías Pierrad, el inspirador del Antigourmet durante una entrevista con TeleJunín.

Ante ese panorama que hacía de una salida a comer un plan que terminaba con gusto a poco y las más de las veces dejaba al estómago en deuda, “nosotros –ese grupo de juninenses viviendo en Buenos Aires- salimos a buscar otros lugares para comer como en casa: normal, sin ningún tipo de pretensión rara. Así que, junto con los chicos, después de jugar al básquet, nos íbamos a comer a bodegones, cantinas, clubes de barrio, fondas, comedores…”, repasó Pierrad.

Pero el mentor del Antigourmet tuvo el tino de no dejar que cada experiencia se agotara en el postre y la charla de sobremesa. “Empecé a escribir esas salidas, esas historias, en un blog que existe todavía: se llama antigourmet.com.ar. Y al toque se ve que la movida hacía falta porque se empezó a sumar gente a recomendar lugares”, contó este reivindicador del menú de comida casera, donde el guiso de albóndigas, las milanesas, los fideos con estofado, la tortilla de papas o los escalopes son los protagonistas, sin dejar de reservar un espacio para la sofisticación como el postre de natillas o el dulce de cayote con queso de cabra.

El Antigourmet se retroalimenta

Entre un “vayan para acá” y “dense una vuelta por allá” o “los esperamos en tal lado”, así el grupo -que integran además Juan Pablo García Pratto, Facundo Vozzi, Román Battiato y Martín Pait- fueron sumando datos para ir a comer a lugares “honestos”, como definen en su sitio web que creció al punto de congregar a una comunidad interactiva de más de 50.000 seguidores y los datos certificados por esos mismos miembros de unos 400 bodegones de la Ciudad de Buenos Aires -en principio-, pero que empezó a expandirse por la provincia de Buenos Aires, tiene un capítulo europeo y está por tomar –también- el formato de un libro de inminente publicación.

El espacio web del Antigourmet presume de tener “la mejor guía pa’ morfar de la interné”. Se trata de una plataforma de búsqueda de los lugares recomendados en el sitio, que funciona según parámetros que ingrese el usuario, como la zona, el tipo de ambiente, la especialidad de cada casa y –claro- cuánto se pretende gastar. También tiene un muy interesante recetario con los platos más elogiados de esos bodegones, merchandising propio y una estética festiva que corona el logo del Antigourmet: el dibujo de un huevo frito. 

Es más: este espacio virtual pronto derivó en su propio espacio físico: un local, La Esquina del Antigourmet, en Ravignani y Soler, en el porteño barrio de Palermo, donde se vende la cerveza artesanal hecha en Junín por Facundo Vozzi. “La hacemos en Junín, ahí cerquita de la Iglesia de Villa. Así que cada 15 días viaja a buscar los barriles y vuelve”, contó Pierrad.

Ese lugar nació también con el afán de ayudar a los bodegones. “En 2016, 2017, organizábamos –recordó Pierrad- juntadas para promoverlos. Nos escribían sus dueños y nos decían: ‘Che, tal día es el peor de todos’, o sea:  ‘me está yendo medio medio’. Bueno, entonces yo convocaba por Facebook -en ese momento y juntábamos 150, 200, 300 personas- y le caíamos todos a comer ese día -con gente que no conocíamos, obviamente- al bodegón, para darle una mano”.

Una esquina pa’ morfar bien

Ad honorem, con el objetivo de visibilizar y dar difusión, los mentores del Antigourmet pagaban cada uno su cubierto y seguían viaje. “En un momento Facu, como empezó con la fábrica de cerveza, dijo: ´Me gustaría tener un lugar para vender la cerveza en Capital’. Y ahí le propuse que hiciéramos el bar del Antigourmet para que cada día venga a cocinar uno de los bodegones y seguir dándoles difusión. Y así nació La Esquina...”, rememoró Pierrad. 

Muchos bodegones aceptaron la propuesta de llevar su cocina allí. “Avisen y la cocina es de ustedes. Saquen los platos que quieran, la recaudación se la llevan ustedes. Y nosotros seguimos siendo difusión y guía de bodegones, que es para lo que nacimos, en definitiva”, fue la propuesta. 

Faro de Vigo, A raja cincha, Alma Gaucha, El Halcón, Acuña bar, Mondongo y coliflor, El tábano son algunos de los bares reseñados por el Antigourmet. Pero hay uno que marcó especialmente al protagonista de esta nota: “Fue Mamá Silvia, en Boedo, CABA. Es una familia tana que tiene a su primera generación atendiendo la parte de atrás de la barra y los dos hermanos, Marcelo y Karina, diciéndose cualquier barbaridad mientras atienden como si estuvieran en su propia casa. Te juro, es siempre una reunión de domingo de cualquier familia italiana. Pero más allá de eso es una familia que cocina tan bien y cocinan todos juntos que he probado cualquier cosa. Fui más de 20 veces y siempre le digo a Karina: ‘Traeme lo que quieras’. O sea: ni me importa ya lo que me traiga, yo la paso bien”.

Un libro de historias para paladear

Matías Pierrad, alma mater del Antigourmet, contó que justo el día de su entrevista con TeleJunín había terminado de escribir el libro que compendia esta aventura gastronómica de 10 años. Allí plasma “las 100 historias que más nos marcaron en esas recorridas.

Pero lo curioso es que al final ahí prácticamente no se habla de comida: se habla de todo lo que hay alrededor del ritual de juntarse para los argentinos.

En definitiva, de lo que nos provoca a compartir una comida, lo que nos provoca escuchar a alguien, por qué cocina lo que cocina…”, dice el autor del libro que vuelve a revolver la olla para sacar el sabor de cada lugar, pero hecho de anécdotas, de personajes que viven en cada barrio, de dueños y restauradores de espacios que se vuelven refugios de identidad que se reafirma con cada bocado y se corona con un brindis de buen vino “de la casa”.

La sucursal Junín  

“En Junín están apareciendo unas cuantas propuestas lindas. Nosotros estamos bastante al día en materia de bodegones. La clásica es irse a Agustín Roca o a Saforcada. O también puede ser en O'Higgins donde están abriendo un par de cosas. Junín tiene todo para hacerlo. Así que ojalá que cada vez proliferen más opciones. Y nosotros desde allá somos una especie de recomendadores. Entonces, cada vez que podemos decimos: vayan a Junín”, contó Matías Pierrad sobre cómo está la movida Antigourmet en nuestra zona.

Pero ya se están haciendo encuentros más frecuentes con juntadas del Anti en la estación de servicio Voy que está al lado de la parrilla La Carpa. “Ahí pueden conseguir las empanadas de osobuco, las provoletas, las tortillas y el sándwich de milanesa del Anti. Y todo eso lo vamos avisando a medida que va sucediendo en nuestras redes sociales. Nos encuentran como Antigourmet en todas”, cerró la entrevista Pierrad.

Los AntiTours o la búsqueda de sabores  

En un momento dado, Matías Pierrad y los juninenses que fundaron el Antigourmet decidieron expandir todavía más las fronteras de los buscadores de sabores reales y contundentes. A esos viajes de búsqueda por otras ciudades los llamaron los Antitours. “El primero que organizamos -sin organizar- fue a Rosario. Pusimos en nuestra web ‘che, nos vamos cuatro días a reseñar Rosario. El que quiera venir nos encontramos en Plaza Italia’. Y ahí aparecieron cinco autos, otra vez con gente que no conocíamos. Parejas, grupos de amigos, un matrimonio de jubilados. Y nos fuimos todos en auto a Rosario. Cuatro días sin saber dónde íbamos a ir a comer, sin saber dónde íbamos a dormir. Todo así: a la que te criaste. Y salió re bien, así que eso lo empezamos a repetir todas las veces que podemos”, contó Pierrad.

Obviamente, el grupo de amigos creció, tuvo hijos, y ahora Matías admite que cuesta un poco más encontrar “esos momentos donde cinco familias tengan la disponibilidad para hacer un viaje”. Pero así y todo se fueron también a España, 21 días. Todos arriba de una camioneta, recorriendo. “De hecho, mi nene tenía cinco meses cuando fuimos, porque nació y después salió el viaje y decidimos llevarlo... Su primera comida sólida fue marisco frito en Málaga”, recuerda entre risas este buscador de experiencias gastronómicas reales. 

El próximo capítulo internacional lo tienen programado para el 2 de junio. El gurú Antigourmet dio detalles: “Nos vamos a Italia y estamos buscando gente que quiera venir con nosotros. Lo estamos organizando junto con Turismo City y vamos a recorrer Roma, Montefalco, Nápoles y la costa amalfitana. Todos los lugares que tenemos ya en la cabeza para ir probando la verdadera gastronomía italiana”.

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