En una reciente entrevista con TeleJunín, Aldana y Mara, integrantes de la organización Patitas Felices, hicieron foco en una realidad que aún persiste en Junín: la escasa adopción de gatos adultos.
Mientras los cachorros suelen captar toda la atención y generan decenas de solicitudes, los felinos mayores apenas reciben oportunidades y, en muchos casos, quedan invisibilizados en el circuito de adopción.
“Hay que animarse a darle una oportunidad a los gatos adultos. Muchas personas prefieren adoptar pequeños porque piensan que el adulto no se va a adaptar o no se va a adoptar. Y no es así. Ellos también se merecen la oportunidad de dormir en una casa, en una cama calentita. Todos los callejeros adultos merecen un hogar”, expresó Mara, quien convive con tres gatos rescatados y, actualmente, cuenta con la ayuda de su padre para transitar a ‘Lupe’, por falta de espacio.
“Si fuera por mí, me llevaría a todos los gatos que tenemos en la colonia, pero la verdad es que la tienen que pasar bien; tanto los míos como los que llegan”, agregó.

Aldana, por su parte, desmontó algunos mitos sobre la personalidad de los felinos adultos. “Es un mito que el gato sea tan independiente. Son muy compañeros. Todas las personas que tienen un gato por primera vez se sorprenden por la energía que transmiten”, dijo.
Sin embargo, remarcó la gran diferencia que existe en el interés del público según la edad del animal: “Por cada gato bebé que publicamos, nos llegan entre 30 y 40 formularios de adopción. Cuando el gato tiene tres o cuatro meses, esa cantidad ya empieza a bajar. Y cuando es adulto, nos llegan cero formularios. Entonces es un llamado a la reflexión: la gente tiene que entender que el gato necesita una familia”.
La organización Patitas Felices recibe un promedio de 30 nuevos casos por mes, aunque ese número puede aumentar considerablemente durante las épocas de cría. Los animales llegan en situaciones críticas: desde camadas abandonadas o gatitos huérfanos recién nacidos, hasta adultos atropellados, enfermos o víctimas de maltrato, muchos de los cuales requieren internaciones prolongadas.
Actualmente, Patitas Felices se define como una organización de rescate y concientización pública, aunque enfrenta una importante limitación: no cuentan con un hogar de tránsito físico para gatos. Esta falta de estructura los obliga a distribuir a los animales entre casas particulares, muchas veces al borde de su capacidad, lo que complica la atención y seguimiento de los casos.
Desde la organización, insisten en que transitar a un animal no es simplemente "tenerlo un tiempo". Para ellas, se trata de un verdadero acto de amor. “El tránsito es la oportunidad real para que un animal que lo ha perdido todo pueda volver a tener una vida digna, segura y feliz”, indicaron.